jueves, 28 de abril de 2011

Hace un año y otras cosas

Hace un año, recien terminaba semana santa y el lunes ya estaba yo llegando a mi primera sesión de terapia, la primera en mi vida. Finalmente había llegado al punto de quiebre, estaba en auténtica depresión y no había más que pudiera hacer solo. Unos meses después me dieron de alta, obvio salieron más cosas y avanzamos en ellas, hoy tengo más certezas de lo que sucedió, más seguridad en lo que hago, no logró aún visualizar el alcance completo de mis acciones y como cualquier persona, fallo. La diferencia es que aprendí a no azotarme, a buscar soluciones y no hacer más grandes los problemas, que no todas las soluciones están en mi ( de hecho no tienen porque estarlo), a veces dependen de otros o al menos que quieran cooperar. Todavía hay momentos en que quiero quedar bien con Dios y con el diablo, enonces recuerdo la máxima del derecho "a lo imposible nadie está obligado" y hago lo mejor que puedo.

Les cuento todo esto porque hace un año empezó una etapa nueva e importante en mi vida, me tardé pero he seguido creciendo, aún teniendo miedo, dudas y amagos de arrepentimiento como cualquiera; simplemente ahora puedo seguirme moviendo cada vez, a veces hacia los lados; siempre que se puede hacia adelante y casi nunca (sería hipócrita negarlo) hacia atras. Hoy brindaré por lo que empecé hace poco más de un año y por lo que aún falta en los que vienen. *sniff*

Pasando a otros temas, me permito transmitirles el:

Consejo tecnológico #325

Hay que borrar constantemente las conversaciones en msngr/B.B. msngr/WhatsApp etc. Nunca sabes si tu compañer@ de trabajo, jefe, novi@ va a “curiosear” tu teléfono o computadora cuando sales al baño o a fumar...o si se te olvida en su carro/oficina/casa. Porque, seamos sinceros, no vas a dejar de flirtrear con ese ligue casual del fin de semana, tu ex-novi@ que se siente sol@ o a hablar de tus compañer@s de trabajo (peor cuando dices verdades de las que duelen) asi que ahorrate caras/truenes/despidos y demás.

Y finalmente, maldito calor que hace estos días en la oficina, el sopor invade mi cerebro, el ventilador es insuficiente, la técnica de mojarse los brazos ya no basta, no tenemos infraestructura de aire acondicionado y mi vaso de John Lennon es chico, así que tengo que ir a rellenar al garrafón continuamente; lo ideal sería un minibar o de perdida una hielera en mi lugar. Pensando en eso recordé que cuando trabajaba en cierto despacho el Caballero Aguila y un servidor aprovechabamos la ausencia patronal los viernes por la tarde y comprabamos unas Barrilito Corona y a partir de las 3 pisteabamos y chambeabamos. Mmmmhh creo que mejor consigo un vaso más grande porque el refri o la hielera personal son mucha tentación, más con el Jack en lata que pasa por refresco.