“En las últimas semanas, por razones que desconozco, he tenido episodios cada vez más recurrentes y prolongados de ansiedad. Me sudan y tiemblan las manos, me aumenta la frecuencia cardiaca, siento la necesidad de salir corriendo y pienso que en cualquier momento va a pasar algo.
Está por demás decir que el trabajar en una oficina en la cual convivo con otras 6 personas, aún con las separaciones de tablaroca, las posibilidades de hacer algo al respecto son por demás limitadas, ni modo que me ponga a hacer lagartijas en mi perrera, pensarían que estoy loco, y el objetivo es que nadie se dé cuenta de ello.
Ya intenté la técnica de relajación que enseñó el tal Maldonado en la tele, con la limitante de que no me puedo tender en el piso de mi oficina, otra vez correría el riesgo de que se den cuenta de que estoy llegando al límite, desgraciadamente funciona moderadamente y solo por un cierto lapso de tiempo.
Por ejemplo hoy disminuí la cantidad de cafeína en mi dieta, no es que halla dejado el café, solamente lo pedí normal, ya no muy cargado como acostumbro, aumenté la cantidad de agua que bebo al día, para desalojar la cafeína más rápido, ahora me bebo un litro com ple ti to, suprimí la coca cola de las 3 am, fumaré menos –aún no empiezo con eso- y llevaré al mínimo los alimentos con azúcar, no más donitas bimbo bañadas en lechera y espolvoreadas con mascabado.
Esperaré una semana y si no mejoro, tendré que ver a un médico, no quiero comenzar a parecer Jack Nicholson en “El Resplandor”.
Sé que nunca me he caracterizado por ser una persona “equilibrada”, tampoco es que pase de la risa al llanto o encabronamiento como un bipolar cualquiera, incluso bromeo continuamente sobre lo impulsivo de mi actuar, lo que algunos llaman “intensear”, y el trato diferenciado que puedo dar a una persona de un día para otro.
Pero esta vez ya me preocupó, no puede ser que en la mañana esté de lo más bien y conforme avanza el día me ponga así. También empiezo a creer que es la oficina,porque por la noche, cuando voy rumbo a casa, me baja la intensidad, ¿será que el manejar ielaja? ¿o se deberá a los 2 whiskeys dobles que bebo en “La Madrid” al salir de la oficina?.
En fin oficial, es martes, ya pasan de las 10 de la noche y francamente me urge llegar a dormir a mi casa, ¿me puede quitar las esposas, callar al pinche moribundo llorón que dice, dice, que lo atropellé y darme mi multa?, de por si me voy a tardar en sacar mi carro de la sala de esta casa, como para que me esté quitando mi tiempo”
Está por demás decir que el trabajar en una oficina en la cual convivo con otras 6 personas, aún con las separaciones de tablaroca, las posibilidades de hacer algo al respecto son por demás limitadas, ni modo que me ponga a hacer lagartijas en mi perrera, pensarían que estoy loco, y el objetivo es que nadie se dé cuenta de ello.
Ya intenté la técnica de relajación que enseñó el tal Maldonado en la tele, con la limitante de que no me puedo tender en el piso de mi oficina, otra vez correría el riesgo de que se den cuenta de que estoy llegando al límite, desgraciadamente funciona moderadamente y solo por un cierto lapso de tiempo.
Por ejemplo hoy disminuí la cantidad de cafeína en mi dieta, no es que halla dejado el café, solamente lo pedí normal, ya no muy cargado como acostumbro, aumenté la cantidad de agua que bebo al día, para desalojar la cafeína más rápido, ahora me bebo un litro com ple ti to, suprimí la coca cola de las 3 am, fumaré menos –aún no empiezo con eso- y llevaré al mínimo los alimentos con azúcar, no más donitas bimbo bañadas en lechera y espolvoreadas con mascabado.
Esperaré una semana y si no mejoro, tendré que ver a un médico, no quiero comenzar a parecer Jack Nicholson en “El Resplandor”.
Sé que nunca me he caracterizado por ser una persona “equilibrada”, tampoco es que pase de la risa al llanto o encabronamiento como un bipolar cualquiera, incluso bromeo continuamente sobre lo impulsivo de mi actuar, lo que algunos llaman “intensear”, y el trato diferenciado que puedo dar a una persona de un día para otro.
Pero esta vez ya me preocupó, no puede ser que en la mañana esté de lo más bien y conforme avanza el día me ponga así. También empiezo a creer que es la oficina,porque por la noche, cuando voy rumbo a casa, me baja la intensidad, ¿será que el manejar ielaja? ¿o se deberá a los 2 whiskeys dobles que bebo en “La Madrid” al salir de la oficina?.
En fin oficial, es martes, ya pasan de las 10 de la noche y francamente me urge llegar a dormir a mi casa, ¿me puede quitar las esposas, callar al pinche moribundo llorón que dice, dice, que lo atropellé y darme mi multa?, de por si me voy a tardar en sacar mi carro de la sala de esta casa, como para que me esté quitando mi tiempo”
1 comentario:
no pus si estás mal mijo, lo de hacer lagartijas en tu lugar no es mala idea, total, al que no le parezca que hagas ejercicio que chingue a su madre. Te doy otra opción por si tienes ventana, cómprate un telescopio, y busca en los edificios aledaños alguna figura femenina que te ponga firmes.
Saludos.
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