Hoy esta entrada versa la capacidad casi infinita que tenemos para evitar el trabajo, desde las excusas más absurdas hasta el cinismo puro.
Como ejemplo, recuerdo que un compañero de la oficina en una ocasión le generó a su papá un tumor en el cerebro, pero cometió el error de no comunicarnos su excusa aunque i nos dijo la verdadera razón para no ir a un viaje de trabajo, así que finalmente se le cayó el numerito por no blindar su mentira.
Otra forma de evitar el tortuoso trabajo me fue transmitida por el jefe, y es la famosa regla de “que la bolita no esté en tu cancha”, o lo que es lo mismo, si lo puede hacer alguien más no tengo porque desgastarme, solo hay que tener evidencia de que uno no tiene la responsabilidad, para ello nada como las notas, oficios y correos electrónicos con su correspondiente acuse de recibo, en el cual se transmita la tarea y se deje claro que el destinatario es la persona idonea para llevarla a cabo, siempre hay que pedir el trabajo con dos horas de anticipación a la entrega para corregir o pedir que sea ampliada.
Eso sí, las excusas deberán ser válidas, por lo que el olvido no es opción, al menos no el propio, si es ajeno entonces no hay bronca.
Mi amigo Mauricio, después de haber pasado años trabajando en la iniciativa privada, recibió una buena oferta para trabajar en el gobierno, la cual tomo, no solo por las ventajas que se le ofrecieron sino por la experiencia de “estar del otro lado”. La semana pasada mientras comíamos se quejaba de la “cultura laboral” del burócrata promedio, lo cual, después de poco más de tres años en dicho sector, solo causo mi hilaridad y la pregunta ¿la que?.
Así es, por años los burócratas de este país se han dedicado a hacer las cosas “a su manera”, aún cuando esa manera sea la errónea, pero es la más fácil y rápida para sacar la bolita de su cancha. Y cuando llega alguien a querer hacer las cosas bien es boicoteado, simplemente porque atenta contra una forma de vida cómoda, que se rige por la ley del menor esfuerzo.
Hace una hora pedí información urgente para el viernes antes de las 6 de la tarde, solo 1 de 5 personas han acusado de recibido el correo, y lo más probable es que el viernes a las 6:30 estaré buscando a dos o tres en sus celulares porque ya se habrán ido a sus casas, y tendrán excusas magníficas para no haber mandado la información Vg. “es que tengo problemas con el correo institucional” y promesas aún mayores de entrega pronta Vg. “en 15 minutos está en tu correo”, claro que 20 minutos después no habrá llegado la información y entonces ofrecerán la excusa antes mencionada, lo bueno es que la información la tengo que integrar y presentar el 14, la mala es que la próxima semana son mis vacaciones y no pienso trabajarlo en mi casa.
Como ejemplo, recuerdo que un compañero de la oficina en una ocasión le generó a su papá un tumor en el cerebro, pero cometió el error de no comunicarnos su excusa aunque i nos dijo la verdadera razón para no ir a un viaje de trabajo, así que finalmente se le cayó el numerito por no blindar su mentira.
Otra forma de evitar el tortuoso trabajo me fue transmitida por el jefe, y es la famosa regla de “que la bolita no esté en tu cancha”, o lo que es lo mismo, si lo puede hacer alguien más no tengo porque desgastarme, solo hay que tener evidencia de que uno no tiene la responsabilidad, para ello nada como las notas, oficios y correos electrónicos con su correspondiente acuse de recibo, en el cual se transmita la tarea y se deje claro que el destinatario es la persona idonea para llevarla a cabo, siempre hay que pedir el trabajo con dos horas de anticipación a la entrega para corregir o pedir que sea ampliada.
Eso sí, las excusas deberán ser válidas, por lo que el olvido no es opción, al menos no el propio, si es ajeno entonces no hay bronca.
Mi amigo Mauricio, después de haber pasado años trabajando en la iniciativa privada, recibió una buena oferta para trabajar en el gobierno, la cual tomo, no solo por las ventajas que se le ofrecieron sino por la experiencia de “estar del otro lado”. La semana pasada mientras comíamos se quejaba de la “cultura laboral” del burócrata promedio, lo cual, después de poco más de tres años en dicho sector, solo causo mi hilaridad y la pregunta ¿la que?.
Así es, por años los burócratas de este país se han dedicado a hacer las cosas “a su manera”, aún cuando esa manera sea la errónea, pero es la más fácil y rápida para sacar la bolita de su cancha. Y cuando llega alguien a querer hacer las cosas bien es boicoteado, simplemente porque atenta contra una forma de vida cómoda, que se rige por la ley del menor esfuerzo.
Hace una hora pedí información urgente para el viernes antes de las 6 de la tarde, solo 1 de 5 personas han acusado de recibido el correo, y lo más probable es que el viernes a las 6:30 estaré buscando a dos o tres en sus celulares porque ya se habrán ido a sus casas, y tendrán excusas magníficas para no haber mandado la información Vg. “es que tengo problemas con el correo institucional” y promesas aún mayores de entrega pronta Vg. “en 15 minutos está en tu correo”, claro que 20 minutos después no habrá llegado la información y entonces ofrecerán la excusa antes mencionada, lo bueno es que la información la tengo que integrar y presentar el 14, la mala es que la próxima semana son mis vacaciones y no pienso trabajarlo en mi casa.
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