Estos “Retazos” son párrafos sobre un tema, lugares, personas y/o cosas, pueden parecer ideas inconclusas, un texto que no acaba de armarse, pero así como los leen son pensados, como una de esas colchas armadas con la pedacería de otras.
Retazos de Oficina-Música
Ya lo he comentado en varias ocasiones, la música se ha convertido en un elemento fundamental de mi vida diaria, situación que aumentó durante mi estancia de 3 años en la Crujía L. Aclararé que durante años me negué a tener iPod pero traía en el celular bastante música, otro tanto en la computadora del trabajo y el radio del celular mantenían mi vicio alimentado.
La llegada a la mina de sal trajo el uso de audífonos durante la jornada laboral por una cuestión elemental de respeto, aunque en más de una ocasión importuné a alguien por subirle demasiado el volumen a los audífonos o porque según yo estaba cantando bajito y pues no era lo suficientemente bajo.
Trabajar en el centro me permitió tener cerca el que es ahora un lugar de perdición para mi cartera, TTCaps, previó a ello diré que mis gustos musicales son sumamente eclécticos y puedo pasar de Slpiknot a Ice Cube luego a Sabina incluir algo de Portishead, y rematar con Wagner...interpretado por Therion; en algún lugar de esa mezcla está el hip hop en español, y por consiguiente la referencia a TTCaps, en cuyo segundo nivel se encuentran muy buenos discos de hip-hop nacional, algunas copias genéricas de artistas españoles-cuyos precios en MixUp, cuando los hay, son prohibitivos- algo de Reggae y Ska. De no haber trabajado en la zona no me habría tomado la molestia de ir a buscarla.
Lo de los audífonos pasó de ser una cuestión de etiqueta a algo necesario cuando nos cambiaron de oficina y al menos una vez por semana llegaba una orquesta de invidentes a destrozar bellas y recatadas piezas de cumbia como “Devorame otra vez” o esa clásica de la “Chamaca de Oro” que dice “ven, ven, ladronzuelo ven” ya no digamos los manifestantes que acudían a exigir mejores sueldos, que se les cumplieran promesas anteriores o secciones sindicales que mostraban su músculo a fuerza de gritos, y como olvidar a los estudiantes no aceptados en la UNAM, UAM, IPN, etc. Con su anquilosada arenga “educación primero al hijo del obrero/ educación después al hijo del burgués” y la bonita “educación gratuita lo que el pueblo necesita/ educación privada mejor a la chingada” cierta en su primera parte debo decir ya la segunda depende del interés y posibilidades de cada quien. Por no mencionar algunas voces desesperantes, por su tono y el “contenido” de sus conversaciones, bendita música.
Una canción emblemática “Por una cabeza”, Gardél, un acordeón, flauta y violín, chelo; en El Fogón, afuera de Tardán, 16 de Septiembre y Bolivar, la escuche por primera vez hace una docena de años, fue y vino en varias ocasiones, sin que hasta hace poco hubiera figurado en mi biblioteca musical; vendría a convertirse en constante por las comidas en El Fogón con Efra, Pablo, Bernardo y Roger. También la escucharía durante mis huidas por las calles del centro, un par de cuates de no más de 22 años con flauta, violín y la grabación del piano; una chica de rastas verdosas, sudadera y falda al tobillo con su chelo.
Amor-dolor, también de eso hay, hablemos de 19 días y 500 noches, de Cerrado por derribo, Más guapa que cualquiera, etc de Sabina (la última a dueto con Fito Paez) Si pudieras ver, Así es el amor, Deshabitado de San Pascualito Rey; Corcel, Por donde pasas, Zafiro de La Barranca; Snuff de Slipknot, November Rain de Guns N Roses; Toca's Miracle de Fragma, el “En eléctrico” completito de Moenia, Algo contigo de Vicentico, Love de Zoe, Siempre te busque de Monocordio, Si de Bunbury, Ser de Viento y Agua de Edgar Oceransky, Are you gonna be my girl de Jet, Secret Smile de Semisonic, World in my eyes de Depeche Mode, y ahí dejo la lista que podría seguir un largo rato. Pero se hacen una idea.
La música pues fue parte fundamental del paso por esa oficina, hay más pero con eso es suficiente por ahora. Para cerrar, unos videos, campechaneado por supuesto.
Retazos de Oficina-Música
Ya lo he comentado en varias ocasiones, la música se ha convertido en un elemento fundamental de mi vida diaria, situación que aumentó durante mi estancia de 3 años en la Crujía L. Aclararé que durante años me negué a tener iPod pero traía en el celular bastante música, otro tanto en la computadora del trabajo y el radio del celular mantenían mi vicio alimentado.
La llegada a la mina de sal trajo el uso de audífonos durante la jornada laboral por una cuestión elemental de respeto, aunque en más de una ocasión importuné a alguien por subirle demasiado el volumen a los audífonos o porque según yo estaba cantando bajito y pues no era lo suficientemente bajo.
Trabajar en el centro me permitió tener cerca el que es ahora un lugar de perdición para mi cartera, TTCaps, previó a ello diré que mis gustos musicales son sumamente eclécticos y puedo pasar de Slpiknot a Ice Cube luego a Sabina incluir algo de Portishead, y rematar con Wagner...interpretado por Therion; en algún lugar de esa mezcla está el hip hop en español, y por consiguiente la referencia a TTCaps, en cuyo segundo nivel se encuentran muy buenos discos de hip-hop nacional, algunas copias genéricas de artistas españoles-cuyos precios en MixUp, cuando los hay, son prohibitivos- algo de Reggae y Ska. De no haber trabajado en la zona no me habría tomado la molestia de ir a buscarla.
Lo de los audífonos pasó de ser una cuestión de etiqueta a algo necesario cuando nos cambiaron de oficina y al menos una vez por semana llegaba una orquesta de invidentes a destrozar bellas y recatadas piezas de cumbia como “Devorame otra vez” o esa clásica de la “Chamaca de Oro” que dice “ven, ven, ladronzuelo ven” ya no digamos los manifestantes que acudían a exigir mejores sueldos, que se les cumplieran promesas anteriores o secciones sindicales que mostraban su músculo a fuerza de gritos, y como olvidar a los estudiantes no aceptados en la UNAM, UAM, IPN, etc. Con su anquilosada arenga “educación primero al hijo del obrero/ educación después al hijo del burgués” y la bonita “educación gratuita lo que el pueblo necesita/ educación privada mejor a la chingada” cierta en su primera parte debo decir ya la segunda depende del interés y posibilidades de cada quien. Por no mencionar algunas voces desesperantes, por su tono y el “contenido” de sus conversaciones, bendita música.
Una canción emblemática “Por una cabeza”, Gardél, un acordeón, flauta y violín, chelo; en El Fogón, afuera de Tardán, 16 de Septiembre y Bolivar, la escuche por primera vez hace una docena de años, fue y vino en varias ocasiones, sin que hasta hace poco hubiera figurado en mi biblioteca musical; vendría a convertirse en constante por las comidas en El Fogón con Efra, Pablo, Bernardo y Roger. También la escucharía durante mis huidas por las calles del centro, un par de cuates de no más de 22 años con flauta, violín y la grabación del piano; una chica de rastas verdosas, sudadera y falda al tobillo con su chelo.
Amor-dolor, también de eso hay, hablemos de 19 días y 500 noches, de Cerrado por derribo, Más guapa que cualquiera, etc de Sabina (la última a dueto con Fito Paez) Si pudieras ver, Así es el amor, Deshabitado de San Pascualito Rey; Corcel, Por donde pasas, Zafiro de La Barranca; Snuff de Slipknot, November Rain de Guns N Roses; Toca's Miracle de Fragma, el “En eléctrico” completito de Moenia, Algo contigo de Vicentico, Love de Zoe, Siempre te busque de Monocordio, Si de Bunbury, Ser de Viento y Agua de Edgar Oceransky, Are you gonna be my girl de Jet, Secret Smile de Semisonic, World in my eyes de Depeche Mode, y ahí dejo la lista que podría seguir un largo rato. Pero se hacen una idea.
La música pues fue parte fundamental del paso por esa oficina, hay más pero con eso es suficiente por ahora. Para cerrar, unos videos, campechaneado por supuesto.
1 comentario:
pues sí que es parte de la vida la música, aunque hay personas que exageran, tengo al lado de mi despacho a una contadora que literalmente tiene la música todo el día. he tenido que escuchar cosas insufribles (yuri, jeans, ov7,sólo por nombrar algunos). Cualquier canción, si se escucha mcucho, termina hartando.
JATM
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