Uno de los temas más ríspidos de las últimas semanas es el de la aprobación en el DF del matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que estos matrimonios puedan adoptar. Desde este momento dejo clara mi postura, la cual es a favor de estas reformas en el código civil. Una vez más la legislación está alcanzando a la realidad.
Este fin de semana tuve la oportunidad de discutir este tema con un grupo de amigos, la mayor parte de ellos en contra del matrimonio entre homosexuales ya que desde su óptica se pervierte la institución del matrimonio, que consideran solo debe darse entre hombre y mujer y con la consabida finalidad de la procreación, asimismo se manifiestan en contra de la adopción de menores por parte de homosexuales argumentando que la ausencia de una figura paterna/masculina de forma permanente en sus vidas puede acarrear daños psicológicos a los menores, ya no digamos el presentar a sus dos “papis” o “mamis” con sus amiguitos.
Sin embargo hubo un comentario en especial que me conflictuó, y es que una amiga llegó a afirmar que a una mujer sola (lesbiana o no) no se le debe permitir que crie a un hijo, que es obligatorio que cuenten con un padre, pues la figura paterna no puede ser sustituida por la imagen masculina de otros miembros de la familia. Está por demás decir que en opinión de mis amigos los homosexuales deberían conformarse con las sociedades de convivencia y nada más, prácticamente deberían agradecer que se tenga ese grado de tolerancia hacia sus preferencias sexuales, finalmente cualquier cosa que vaya contra los dogmas de la madre iglesia les afecta en demasía, ni modo, cada quien sus filias y sus fobias.
Respecto a la adopción de menores por parejas del mismo sexo se trata de una situación que se da desde hace algunos años, y es que en ningún lado se prohíbe que una persona soltera adopte mientras cumpla con los requisitos establecidos para dicho trámite (que no es precisamente sencillo), situación que se daba menos en los casos de parejas de lesbianas ya que siempre tienen la posibilidad de que una de ellas se embarace en cuyo caso el producto si es su hijo y no hay marcha atrás, sin embargo la pareja no tendrá derechos sobre el menor en cuestión, pues para la ley son hijos de madre soltera y como tales son registrados.
Si a la iglesia no le gusta, pues que no bendiga estos matrimonios, y en este momento me surge la duda ¿se atreverán a negar el bautizo a los hijos de estas parejas?, digo, porque los padres como quiera pero, ¿y los chamacos? Contrario a lo que se podría pensar no me causa problema que los miembros de la iglesia opinen al respecto, finalmente cada quien defiende aquello en lo que cree, pero lo que no pueden hacer es tratar de dictar las políticas y leyes de un país a partir del poder económico y "moral". Aunque para cómo va el caso de las legislaciones locales que penalizan el aborto no duden que en breve tendrán a sus cabilderos obligando a que las constituciones estatales y los códigos civiles locales establezcan que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer quienes solo sostendrán relaciones sexuales con la finalidad de procrear, penalizaran el uso del condón, declararán indisoluble el matrimonio y declararán inexistentes a las familias que no estén conformadas por papi, mami y todos los hijos que dios les mande.
Por mi parte considero que tan buenos o malos padres pueden ser la pareja “tradicional” de hombre-mujer, como una de homosexuales o una madre o padre soltero.
Además, también los homosexuales merecen sufrir el matrimonio, los hijos groseros y hasta los divorcios, no los limiten.
Además, también los homosexuales merecen sufrir el matrimonio, los hijos groseros y hasta los divorcios, no los limiten.
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