Originalmente aquí iba una entrada sobre un auto y una mujer que tienen algo en común, pero se me atravesaron un par de cosas y tendrá que esperar. Como mencione hace un par de entradas siempre he sido un entusiasta de la lucha libre, incluso podría parecer una cuestión familiar, pues un tío materno incursionó en el arte del pancracio durante algún tiempo previo a mi existencia, “El Rayo Azul” fue uno de sus nombres.
Al paso del tiempo los grandes ídolos de mi más tierna infancia se han ido retirando y sus hijos, sobrinos o hasta nietos han venido a ocupar sus lugares, otros luchadores e incluso agrupaciones de luchadores han surgido, recuerdo a grandes como Lizmark, que fue sucedido por Lizmark Jr y que recientemente perdió la máscara contra el Maestro Lagunero Blue Panther quien después de muchos años sigue luchando y aparentemente no habrá quien continué usando esa máscara a su retiro, Tinieblas, cuyo hijo lucho por algún tiempo y del cual ahora nada se sabe, al menos en las arenas grandes, El Galeno del Mal Dr. Wagner, cuyo hijo además de enaltecer la leyenda del Simón Blanco se convirtió en técnico, sin perder el estilo agresivo que caracteriza al personaje y cuyo hijo está en preparación para incursionar en las luchas, previa obtención de un título profesional, Los Hijos del Santo y Blue Demon que últimamente se dedican más a los negocios y a la filantropía que a la lucha y podría seguir soltando nombres pero es suficiente.
Este deporte ha pasado de un espectáculo cercano a las clases populares a una diversión más de las clases media y alta, al punto de poder ver a estrellitas de la TV y la radio en dichas funciones, vamos, actualmente las tres funciones semanales son transmitidas por varios canales de televisión abierta y de paga. Y si, irónicamente, nunca había asistido a una función de lucha libre, pero, gracias al buen Efra y a la mafia que controla los boletos buenos en la Arena México pude asistir el miércoles pasado a una función especial con motivo del 6o aniversario de la revista Record.
Se que aquí como en cualquier lugar habrá quienes digan que es puro teatro y demás, no lo niego, tiene su parte farsica, sin embargo, reto a cualquiera a asistir a una función y negar la capacidad de los y las luchadoras al lanzarse desde la tercera cuerda en un mortal hacia atrás, que aunque el contrario los esté esperando no son enchiladas cacharlo y caer sin partirse media madre, o fallar el cálculo y caer sobre las butacas, que no son de hule espuma, las llaves que implican un lance del contrario también son sumamente riesgosas para ambos o las llaves fijas como la “mística” o la “casita” que pueden lesionar las articulaciones.
Podría seguir bordando sobre la magia que se desata en la arena cuando los ídolos entran con sus mascaras relucientes, grandes diseños, los accesorios como espadas, capas, sombreros, las muestras de agilidad de los llamados luchadores aéreos, la catarsis que representa para el espectador mentarle la madre al luchador contrario, o alentar al que se partió media madre al lanzarse entre la segunda y tercera cuerda.
Hablando de mentadas, que aguante de algunos, me cae que Damián 666 y El Hijo del Perro Aguayo reciben en media hora de lucha más insultos que un micobusero de Iztapalapa en un día de tráfico, sobra decir que por el bando técnico de los más aclamados fueron Místico y Marco Corleone. En fin como siempre les dejo un par de fotos que tome en dicho evento.
Al paso del tiempo los grandes ídolos de mi más tierna infancia se han ido retirando y sus hijos, sobrinos o hasta nietos han venido a ocupar sus lugares, otros luchadores e incluso agrupaciones de luchadores han surgido, recuerdo a grandes como Lizmark, que fue sucedido por Lizmark Jr y que recientemente perdió la máscara contra el Maestro Lagunero Blue Panther quien después de muchos años sigue luchando y aparentemente no habrá quien continué usando esa máscara a su retiro, Tinieblas, cuyo hijo lucho por algún tiempo y del cual ahora nada se sabe, al menos en las arenas grandes, El Galeno del Mal Dr. Wagner, cuyo hijo además de enaltecer la leyenda del Simón Blanco se convirtió en técnico, sin perder el estilo agresivo que caracteriza al personaje y cuyo hijo está en preparación para incursionar en las luchas, previa obtención de un título profesional, Los Hijos del Santo y Blue Demon que últimamente se dedican más a los negocios y a la filantropía que a la lucha y podría seguir soltando nombres pero es suficiente.
Este deporte ha pasado de un espectáculo cercano a las clases populares a una diversión más de las clases media y alta, al punto de poder ver a estrellitas de la TV y la radio en dichas funciones, vamos, actualmente las tres funciones semanales son transmitidas por varios canales de televisión abierta y de paga. Y si, irónicamente, nunca había asistido a una función de lucha libre, pero, gracias al buen Efra y a la mafia que controla los boletos buenos en la Arena México pude asistir el miércoles pasado a una función especial con motivo del 6o aniversario de la revista Record.
Se que aquí como en cualquier lugar habrá quienes digan que es puro teatro y demás, no lo niego, tiene su parte farsica, sin embargo, reto a cualquiera a asistir a una función y negar la capacidad de los y las luchadoras al lanzarse desde la tercera cuerda en un mortal hacia atrás, que aunque el contrario los esté esperando no son enchiladas cacharlo y caer sin partirse media madre, o fallar el cálculo y caer sobre las butacas, que no son de hule espuma, las llaves que implican un lance del contrario también son sumamente riesgosas para ambos o las llaves fijas como la “mística” o la “casita” que pueden lesionar las articulaciones.
Podría seguir bordando sobre la magia que se desata en la arena cuando los ídolos entran con sus mascaras relucientes, grandes diseños, los accesorios como espadas, capas, sombreros, las muestras de agilidad de los llamados luchadores aéreos, la catarsis que representa para el espectador mentarle la madre al luchador contrario, o alentar al que se partió media madre al lanzarse entre la segunda y tercera cuerda.
Hablando de mentadas, que aguante de algunos, me cae que Damián 666 y El Hijo del Perro Aguayo reciben en media hora de lucha más insultos que un micobusero de Iztapalapa en un día de tráfico, sobra decir que por el bando técnico de los más aclamados fueron Místico y Marco Corleone. En fin como siempre les dejo un par de fotos que tome en dicho evento.
El luchador "exótico" Maximo pidiendole al cronista de fox sports un beso en el cachete, eso o el se subía a darselo en la boca.
El "angel italo-americano" Marco Corleone.
La entrega de los cheques a la tercia ganadora, el hijo del perro aguayo, damian 666 y mister aguila, al fondo a la izquierda Yolanda Andrade, subiendo al ring Micky Huidobro de Molotov y la edecan al frente.
Mi nueva mascara del Dr. Wagner.
La primera que compré.
Y para no romper la tradición, un video alusivo al deporte de los costalazos, La Botellita de Jeréz.
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