viernes, 25 de mayo de 2007

H2

En esta ciudad hay una enorme cantidad de peligros al conducir, en los últimos cuatro meses no me eran tan cercanos debido a mi renuncia casi total a usar el auto para ir a trabajar, el autobús, el metro y el metrobus no son lugares tan riesgosos como un auto compacto en las grandes avenidas del DF. Sin embargo, el viernes pasado que me dirigía a casa del Pesimista Hormonal me paso algo raro, y es que por un momento me quede pensando ¿para donde iba?, y es que la bendita costumbre de abordar el transporte público, conectarme al mp3 y, en caso de haber alcanzado un asiento, abrir el libro o revista en turno, se me había hecho muy común llegar a mi destino sin mayores problemas. Por lo que esta semana, y en virtud de que mi servicio de aventón al metro más cercano se fue de vacaciones, decidí retomar el volante.

Dentro de los peligros existe una combinación mortal, volante/celular, se supone que esta prohibido hablar por celular mientras se conduce, por ello hace algunos años se incentivó el uso del manos libres, pues además de que la atención se dispersa, al tener una mano ocupada la posibilidad de reaccionar oportunamente ante una emergencia es muy baja. A ese riesgo básico, sumémosle, que quien maneja (o dice manejar) esta a bordo de una camioneta, ahora cambiemos la camioneta común por un Hummer, situémonos en avenida insurgentes sur, a una cuadra de Miguel Angel de Quevedo, carril de en medio, amplios como son dichos carriles permiten perfectamente que un Hummer H2 circule sin obstruir otro carril, si como no, ahora imaginen que quien “conduce” decide tomar la bahía de retorno, para tomar la mencionada avenida pero hacia el norte, no olviden que viene hablando por celular y sin manos libres, da el volantazo y un tsuru logra frenar a tiempo para evitar el coletazo del H2.

Decidido, el auto es para viernes, sábado y domingo, y alguna cuestión extraordinaria. Quien me manda manejar en una ciudad de bárbaros al volante. Como dato adicional, quien manejaba era una damita, nada personal contra las mujeres, cuando manejaba a diario llegue a tener esa clase de encuentros con hombres, mujeres y guaruras (que se encuentran en un nivel inferior en la escala evolutiva) de todos los rangos sociales y de edad.

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